domingo, 23 de diciembre de 2018

Un punto y gracias

El Real Betis consiguió rascar un punto ayer en el Villamarín y por los pelos. El Éibar perdonó a los nuestros a pesar de encontrarse por detrás en el marcador cuando Sanabria adelantó a los de Setién. Orellana, de penalti, empató el partido y no se llevaron los tres puntos porque Charles y Kike García fallaron sendas ocasiones que todavía nadie sabe cómo ocurrió. Increíble que esas oportunidades no acabaran en gol. Lo positivo es que el Real Betis no perdió y sigue la racha sin conocer la derrota.

El ambiente era festivo y se sabía en la grada de la importancia de terminar el año con los tres puntos en el bolsillo, los jugadores también lo sabían y saltaron al campo buscando el gol y vivos en el juego. La SD. Éibar apretaba desde el inicio y presionaba como es costumbre en este rival. Las bandas eran las armas que usaba Setién para hacer daño, Tello y Joaquín veían cada dos por tres el hueco libre para llegar hasta la cal y buscar la mejor opción.

El gaditano tuvo la primera internada con peligro pero el pase no fue preciso, Joaquín llegaba forzado después de la carrera desde su propio campo.

El Éibar también asustaba y era Orellana el que se plantaba por la derecha frente a Pau, sacando el catalán a los nuestros de otro apuro. Cada día estamos más contentos con nuestros porteros, qué acierto traerlos.

Llegó la mala noticia de la lesión de Sidnei y Feddal ocupó su sitio. El rival supo medir el tempo del partido y parar el ímpetu de los nuestros. El balón en largo era el método de los vascos para frenar el juego de los nuestros.

La idea de Setién seguía vigente y el juego que intentaban los nuestros seguía siendo el mismo que nos ha dado tantos éxitos y otra vez ocurrió. Una jugada trenzada entre William, Lo Celso y Tello acabó con el catalán abierto a la izquierda dejando un pase a Sanabria que solo tuvo que poner el cuerpo, literalmente, para empujarla a gol.  

La segunda mitad cambió el guión de la película para mal nuestro. El Éibar se tiró arriba y Pau se sintió acosado. El gol se veía venir. Los cambios se necesitaban como el comer y desde la grada se hacía saber pero la información no llegaba al banquillo. Cucurella estaba haciendo lo que quería por su banda con Francis y el peligro rival era constante.

Antes del gol vasco, Kike García hizo lo más difícil, fallar la ocasión que se le presentó. Sin portero, empujarla a tres metros y lo echó a un lado, demasiado al lado, vamos, fuera. Increíble.

La segunda jugada fatídica, después de la lesión de Sidnei, fue la jugada torpe del partido, ese agarrón en el área que nadie pita pero que sí le pitaron a Feddal. Tiró de la camiseta de Ramis y el árbitro se fue directo al penalti. Orellana aprovechó la pena máxima que a punto estuvo Pau López de volver a salvar.

Kike García tuvo la suya clara también, encaró a Pau y tenía los dos lados de la portería para elegir, eligió el izquierdo pero demasiado a la izquierda, también falló algo que estaba dentro. Esta vez no salvó Pau, nos salvó el Éibar.

Loren entró en el 83, tarde para reaccionar y aprovechar el reprís que habíamos cogido de victoria en victoria.
Así acabó todo y dando gracias por el punto por cómo se habían puesto las cosas en la segunda parte. Al menos sumamos. Terminamos el año sextos, en puestos europeos y mirando cara a cara a nuestro objetivo  

Real Betis: Pau López; Francis, Mandi, Bartra, Sidnei (Feddal, m. 16), Tello; Carvalho, Canales, Lo Celso, Joaquín (Loren, m. 82); Sanabria.

Éibar: Riesgo; Peña, Ramis, Arbilla, Peña, Cote; Orellana (De Blasis, m. 88), Cucurella, Escalante (Diop, m. 48), Jordán; Kike García y Sergi Enrich.
Goles: 1-0, m. 21, Sanabria. 1-1, m. 72, Orellana.
Árbitro: Carlos del Cerro Grande (Colegio Madrileño).


Tarjetas: Del Cerro Grande amonestó a: Escalante (31'), Ramis (41'), Lo Celso (55'), Feddal (70'), Jordán (86') y Oliveira (87').