jueves, 31 de enero de 2019

A semifinales catorce años después

Tardamos en volver a unas semifinales de Copa, desde el 2005 no jugábamos esa ronda y casi nos quedamos con la miel en los labios. Pero esta vez todo salió bien, nos costó, pero eliminamos al Espanyol en cuartos con una épica remontada y prórroga incluida.
Una mala primera mitad en la que Baptistao adelantó al equipo perico nos dejó frio y con una carita… pero la segunda mitad fue totalmente otra. La verticalidad y la genialidad de nuestros jugones, con la afición empujando de lo lindo, pudo con el equipo catalán y le dio la vuelta al marcador con goles de Lo Celso, que provocó la prórroga, y Sergio León y Mandi, estos dos últimos ya en los minutos de la prórroga que se tuvo que añadir por el empate en el tiempo reglamentario.

El Betis saltó al campo como si no se jugara nada, faltaba mordiente y ganas de ir a buscar a Roberto, el portero rival, y así ni se marca ni se gana. El Espanyol por su parte sabía que tenía que marcar y tuvo sus oportunidades, el ex bético Baptistao avisó en una que tuvo en sus botas, no perdonaría después, pero la incómoda postura y el balón que le cayó inesperadamente dejándolo solo con Joel no propició el gol, también gracias al larguero que repelió el peligro. Suspiraba el Villamarín y se escuchaba sonido de viento. 
El Betis no disparaba a puerta, nada. Ni si quiera tenía acercamientos peligrosos, como de costumbre en las primeras mitades, se nos apagaban las luces cuando había que decidir cerca del área rival. 
El que sí seguía empujando era el rival. Aprovechó el saque de una falta escorada, que no debió señalar el colegiado porque no existió, para que Baptistao que pasaba por allí peinara hacia atrás y dejara a Joel haciendo la estatua. Gol del Espanyol y los nervios florecían en La Palmera. La afición no se creía que el Betis no fuera capaz de superar al Espanyol, que a decir verdad poco dice en el campo, no se nos podía escapar unas semifinales y en casa, encima la final también aquí.
El partido se fue al descanso y la afición estaba entre pitar o levantar a los nuestros y ocurrió lo segundo. La segunda mitad, a partir del 65, llegó la respuesta verdiblanca y ya era hora. Borja Iglesias ya había puesto de nuevo el susto en la parroquia local pero Joel respondió con una buena mano.
Con Joaquín y León en el campo ya era otra cosa esto. Además, con Joaquín en su banda natural, que es cuchillo en manteca. La asociación con Lo Celso acababa siempre en centro al área, eso que tanto pide parte del beticismo y ayer salió bastante bien. A lo mejor tenemos hasta otras alternativas de juego, quién sabe… pero si es así es hora de darse cuenta.
Las oportunidades para los nuestros fueron cayendo una detrás de otra. La primera un despeje-pase de Sidnei para León, dejó al cordobés mano a mano con Roberto, el delantero algo escorado y revolucionado entre los nervios del momento y la tensión acumulada que arrastra el de La Palma, no le dejó definir bien disparando al bulto. Esto levanto al Villamarín que llevó al equipo en volandas. 
Entonces empezaron las asociaciones públicas de los nuestros, a los ojos de todos, pero nadie era capaz de parar a Lo Celso y Joaquín cuando hacían de buenos compadres. Un pase del portuense dejaba solo a Gio con Roberto y en el uno contra uno el argentino es muy bueno, empataba el Betis y el estadio se caía. Había esperanza y el pase se veía venir. 
El partido estaba al terminar pero el equipo sabía que si esto seguía acabaría de nuestro lado. Y más cuando Marc Roca dejó a los suyos con uno menos. Ahí terminó lo reglamentario y empezó la prórroga.
Empezó la prórroga porque veíamos como el cronometro se iba a más de noventa minutos pero no por el físico de los nuestros que ayer eran portentos, si hay dos prórrogas, dos prórrogas corriendo que hubieran estado los de verde. Marcos Álvarez tendrá aquí algo que ver. 
Y llegó el momento del beticismo por parte de un bético. Sergio León se pegó la cabalgada de su vida y se plantó, después de dejar atrás a un par de defensas, delante de Roberto, fusilando al arquero. Si busca la palabra éxtasis en el diccionario aparece lo que pasó después de ver entrar el balón del canterano en la red perica. El marcador se ponía de cara y el campo era la fiesta padre. Se lo merece Sergio León.
Con el equipo catalán fundido y el marcador en contra para ellos el Betis solo tenía que dar la puntilla y tardó tres minutos cuando un rebujón en el área lo aprovechó Mandi que nada más tuvo que elegir el hueco entre los dos defensas que tapaban la portería porque Roberto estaba fuera de sitio. Tres a uno y ya la gesta estaba hecha, solo había que esperar al minuto 120 para respirar tranquilos y esperar rival en semifinales.
El Betis pasó de ronda después de tirar la primera parte a la basura y levantarse en la segunda. Con estos rivales hasta podemos permitirnos este lujo, y no siempre porque somos el Betis y sabemos de lo que somos capaces…, pero las semifinales son otra cosa y Valencia o Barcelona, ya clasificados, si pueden te hunde sin hablar del posible cuarto semifinalista que con muchas papeletas puede ser el Real Madrid. Soñar es gratis. 


Real Betis: Joel Robles; Francis, Mandi, Bartra, Sidnei, Guardado (Javi García 102'); William Carvalho, (Joaquín, 54') Lo Celso, Canales; Lainez (Sergio León, 60') y Loren.
Espanyol: Roberto; Javi López, Hermoso, Lluís, Rosales; Marc Roca, Víctor Sánchez, Melendo (Granero, 67'); Baptistao (Darder, 94') Piatti (Sergio García 80') y Borja Iglesias.
Goles: 0-1, m. 32: Baptistao; 1-1, m. 75: Lo Celso. 2-1, m. 95: Sergio León. 3-1, m. 98: Mandi.
Tarjetas: De Burgos Bengoetxea mostró amarillas a Hermoso (12') , Lainez (35'), Lo Celso (50'), Marc Roca (57'), Mandi (71'), Rosales (85'), Granero (86'),Baptistao (89'), Canales (91'), Sergio León (92'), Sergio García (92'), Francis (115'). Expulsó a Marc Roca por doble amarilla (93').