sábado, 13 de junio de 2020

LA MISMA NORMALIDAD

La sociedad ha vivido una pandemia donde la mayor parte de ella ha cambiado sus hábitos, sus costumbres, sus horarios, sus formas de relacionarse, sus formas de trabajar y muchas cosas más. Pero no todo ha cambiado entre nosotros, hay algo que sigue exactamente igual desde que nos retiramos al confinamiento. Eso que no ha cambiado es el Betis. Ayer volvió a disputarse La Liga y se reanudaba con el plato fuerte, el derbi sevillano. Un derbi en el que no hubo color ni excusas. Un derbi del que salimos derrotados por un claro 2-0 que reflejaba fielmente lo que cada equipo puso en el campo. Un penalti de Bartra sobre De Jong, discutible quizás pero no excusable, que materializa Ocampos y una jugada de estrategia en un saque de córner sevillista, que la pusieron en práctica más de una vez hasta que salió bien, fueron las claves para que el rival sumara los tres puntos en juego. El Betis no creó peligro real hasta el minuto 70. Los verdiblancos jugaban con el balón en zonas dónde no había peligro pera los de Nervión pero más allá de tres cuarto de campo la luz se apagaba y el faro perdido en área rival que era Borja Iglesias no veía volar hacía él ningún balón. El Betis se fue al parón por el coronavirus siendo un equipo mediocre y ha vuelto exactamente igual.
Los entrenadores guardaban sus armas hasta justo conocerse la alineación de cada equipo. Rubi no alineaba ni a William, ni Edgar, ni Joaquín, los tres estaban tocados, aunque el portuense entraba al final del juego. Sí estaba desde el inicio Ocampos que fue seria duda durante la semana previa. Banega, sorprendentemente, se quedaba en la banca.
Los primeros minutos empezaron con una presión tremenda del Betis prácticamente pisando el área pequeña de Vaclik pero eso duró escasos cinco minutos, el tiempo de sacudirse el rival la presión bética e imponer su superioridad en el partido que fue la tónica habitual del mismo. El Betis no contabilizó ni un tiro en la portería de Vaclik en los 47 minutos que duró el primer acto. Ocampos sí avisaba y en el minuto diez mandaba un trallazo a la escuadra de Joel que de entrar hubiera sido un golazo. Koundé en un saque córner remataba de cabeza de forma poca ortodoxa y por eso se le iba fuera cuando tenía todo a favor para abrir el marcador, la estrategia a balón parado empezaba a funcionarle a Lopetegui. De Jong también tuve la suerte esquiva en otro remate de cabeza. Sin lugar a dudas, el jugador del partido fue Ocampos, junto a Koundé. El argentino cubría prácticamente todo el campo, algo que se veía en la infografía que mostraba la televisión, el campo de calor del futbolista llegaba de esquina a esquina del terreno de juego. Él mismo era el que cerraba las ocasiones de gol en esta primera mitad con un tiro lejano que repelía Joel.
El Betis no era capaz de hacer llegar un balón claro más allá de tres cuartos de campo. Ni Tello por la izquierda, ni Fekir que se perdía por la derecha, eran capaces de encontrar a un solitario Borja Iglesias que apenas olía bola. Sin trabajo que defender, los laterales sevillistas se sumaban al ataque como uno más. Al vestuario con cero a cero era positivo para los nuestros y poco premio para los de Lopetegui que tuvieron las ocasiones.
La segunda mitad empezó con polémica. Bartra saltaba para despejar dentro del área bética, Mateu Lahoz señaló penalti al observar un apoyo ilegal del catalán sobre De Jong en el salto, una jugada que pasa mil veces dentro de cualquier área y que ayer tocó que se la pitaran a los nuestros. Los sevillistas se miraban incrédulos al ver que el árbitro señalaba pena máxima y los nuestros entraban en cólera. El penalti no era una excusa tal y cómo se estaba desarrollando el partido. 1-0 y la cuesta se ponía con más inclinación.
Seis minutos después la brecha se abría más. Otro córner ensayado salía, por fin, para los de Lopetegui. Habían intentado la misma jugada en otros balones parados ya durante el partido pero los béticos seguían sin saber cómo pararla. Balón al primer palo, prolongación al corazón del área y alguien que fuera más fuerte que el resto remacha la jugada. Salió bien en el 61 de partido y Fernando fue quien rondaba por allí.
El rival se llevaba su premio y el Betis tenía media hora por delante para intentar cambiar, al menos, la imagen pero ni eso.
Joaquín entró al campo en el 68 y junto a Lainez que lo hizo en el 60 intentaron llevar más balones arriba, pero ni Joaquín puede hacerlo solo, ni el mejicano tiene la madurez suficiente para poder hacerlo, siendo más corazón que cabeza.
Síntoma preocupante es que en una crónica no se hable de los remates de los delanteros de un equipo y aquí ha pasado. Rubi no encuentra la fórmula para darle al equipo la chispa y la alegría que necesita para sacar esto adelante y desde la planta noble tampoco se ve que las ideas estén claras en lo deportivo. En las empresas del fútbol manda la pelotita y aunque el beneficio o el aumento de los activos del club vayan en aumento si la mediocridad se instala en el verde mal camino llevamos.

Sevilla FC: Vaclik; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón (Escudero 78'); Fernando, Joan Jordán, Óliver Torres (Vázquez 78'); Ocampos (Banega 70'), Munir y De Jong (En-Nesyri 70').
Real Betis Balompié: Joel Robles, Emerson, Bartra, Sidnei (Feddal 46'), Álex Moreno (Pedraza 77'), Guido Rodríguez, Aleñá (Joaquín 69'), Canales, Fekir, Tello (Lainez 60') y Borja Iglesias (Loren 69').
Goles: 1-0 (55'): Ocampos, de penalti. 2-0 (61'): Fernando. 
Colegiado: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amonestó a Emerson (48') y Bartra (53').