martes, 16 de junio de 2020

LA SITUACIÓN EXIGE UN CAMBIO DRÁSTICO

EL Real Betis empataba en la noche de ayer frente al Granada, 2 a 2, en el regreso al Villamarín después del parón por la pandemia, partido correspondiente a la jornada 29. Para no variar, el equipo siguió prácticamente con la misma claridad que el día del derbi, ninguna, por no hablar de la falta de idea que deja ver el equipo en el terreno de juego. En los últimos minutos de partido el Betis le daba la vuelta al marcador, un gol de Carlos Fernández adelantaba al equipo nazarí en el 29’, en el 85’ y en el 88’, Canales y Tello arreglaban el desbarajuste bético, pero Soldado, gracias también a una falta de concentración de nuestro sistema defensivo en un córner en el minuto 90, puso de nuevo las tablas en el marcador. Un punto que no sabe a nada y deja a los nuestros en la misma situación. La sombra de la lucha por no descender empieza a sobrevolar el Villamarín y la situación del equipo cambia drásticamente o pasaremos un mal fin de temporada.

Rubi apostó por un equipo con siete modificaciones respecto al once del derbi, no le quedaba otra. El Equipo no empezó el partido con la claridad necesaria para ir decididamente a por el partido, lento en la salida de balón, con dificultades para abrir huecos en el engranaje granadino. Emerson y Pedraza eran los únicos que conseguían llevar el balón arriba. Edgar, una de las novedades en el once, era el eje del equipo y uno de los más activos en la primera mitad, mal síntoma este cuando son otros los que deben dar el golpe en la mesa. La amarilla, inexplicable, que vio el canterano mermó su juego y frenó el ímpetu del joven catalán. 
Machís tenía una oportunidad en el minuto 12 que dejaba notar más todavía el nerviosismo bético. La tensión y la presión se notaban en todos los jugadores de campo y mucho más en el entrenador. Esa tensión era menos visible en los jugadores béticos no convocados que se entretenían con el teléfono móvil como si la guerra no fuese con ellos, imagen que quedó plasmada en televisión y otras fotos posteriores al partido.

El equipo visitante no estaba jugando como el Milán de Sacchi, pero tampoco le hacía falta, con ser correctos en el campo le sobraba para aguantar a los nuestros y para crear ocasiones. Con muy poco se le hace daño al Betis y el Betis necesita un mundo para poder crear peligro. Así llegó el gol nazarí, aguantar atrás, esperar el error bético, esta vez fue Joaquín en un pase lateral en el medio del campo que interceptó la medular granadina y rápidamente montó una contra que acabó con Carlos Fernández remachando a la red prácticamente colgado del larguero, hasta la cocina se colaron.

Con el fallo en el pase que provocaba el gol rival, Joaquín se le tornó la cara a modo rabia y quiso tirar del carro, con más corazón y coraje que con otra cosa, pero en solitario y con un equipo sin otras opciones que aplicar cuando cambia las circunstancias difícilmente se logra.

Fekir tuvo la ocasión más clara para los nuestros pero Rui Silva, portero que seguro acabará en un equipo con aspiraciones más atractivas, salvó la ocasión para los suyos.

La segunda mitad siguió por los mismos derroteros. Un Betis sin ideas, impreciso y con los nervios en aumento y eso que ya estaban bastante por las nubes. Rubi empezó el carrusel de cambios, Tello por Joaquín y Aleñá por Guardado. Buscaba más profundidad con Tello y que la luz se encendiera por casualidad y un último pase que desmontara la defensa granadina con Aleñá.
Entró también Lainez y Borja Iglesias por Edgar y Loren, entonces el equipo dio un paso adelante. Aquí puede haber dos análisis, el primero es que el Betis quiso ir a por el partido y el segundo es que el Granada se quedó dormido en los laureles y a gusto con el 0-1, introdujo su entrenador 5 defensas, y el Betis por la propia inercia de la situación se le inclinó el campo a su favor. Comenzó el Betis así a ganar terreno y a bombear balones al área desde los costados. 

En uno de esos centros al área, Vallejo, muy torpe por su parte, agarra a Borja en una jugada en la que difícilmente nuestro delantero hubiera rematado. Soto Grado señaló penalti y Canales materializó el mismo poniendo las tablas en el marcador. El Betis entonces sí que parecía despertar por sí mismo y fue a por el partido. Tanto fe así que Tello, muy listo, puso un balón al área de esos en los que si alguien la toca despista al portero y que si no la toca nadie también desconcierta al arquero, finalmente el balón no lo toca nadie y se cuela en la red volteando los de Rubi el marcador, una sorpresa en toda regla porque el Betis no tuvo el partido ganado nunca.

Pero cuando la realidad es tan clara, no es raro que pasara lo que al final pasó. Un córner nazarí no fue despejado con contundencia por ninguno de los nuestros, nada nuevo, Soldado, el más listo, esperaba en el segundo palo, Mandi que debía marcar al delantero se tomó en serio lo de la distancia social y dejó al veterano valenciano el espacio para armar la pierna y fusilar a Joel de volea, Robles quizás pudo reaccionar antes pero el balón iba con bastante velocidad a decir verdad. 2-2 y final. Rubi está con un pie en el borde del precipicio y el otro en volandas, la duda está en si se sentará en el banquillo de San Mamés el próximo sábado.

Real Betis: Joel Robles; Emerson (Barragán 82'), Mandi, Feddal, Pedraza; Edgar (Lainez 70'), Guardado (Aleñá 60'), Canales; Joaquín (Tello 60'), Fekir y Loren (Borja Iglesias 70').
Granada CF: Rui Silva; Foulquier, Vallejo, Germán (Duarte 57'), Carlos Neva; Yan Eteki, Ramón Azeez (Antoñín 89'), Antonio Puertas, Darwin Machís (Víctor Díaz 57'); Fede Vico (Martínez 73'); y Carlos Fernández (Soldado 73').
Goles: 0-1 (29'): Carlos Fernández. 1-1 (85'): Canales. 2-1 (88'): Tello. 2-2 (90'): Soldado.
Colegiado: Soto Grado (Comité Riojano). Amonestó a Edgar (22'), Vallejo (40'), Germán (52'), Pedraza (64'), Foulquier (66') y Rui Silva (90').