El juego no respondió a la expectación que había levantado
la celebración del “Gran Derbi” fuera de Sevilla, pero el desarrollo no
convenció a nadie y sólo salió satisfecho el que consiguió la victoria.
Cada uno mostró sus cartas. Por una parte, el Betis buscaba
el control a través del balón mientras que el rival ponía en liza un mayor
grado de intensidad con exceso de agresividad en algunos lances obligando al experto
colegiado Cáceres Hernández a emplearse a fondo para que no se convirtiera en
tangana. Aunque no había en juego ni los puntos, ni el pase de eliminatoria, ni
la consecución de un trofeo,… se notaba que ambos querían el triunfo por lo que
supone de cara a la afición, ya que deportivamente no tiene mayor influencia
que un paso más en la preparación de la temporada para que los entrenadores
saquen consecuencias.
En el fútbol lo que mandan son los goles y actualmente el
Betis está “divorciado” con el gol. Esta es la gran asignatura pendiente de
cara al último partido de la pretemporada y para el primer partido de la liga
2023/2024 frente al Villarreal del domingo 13 de agosto. ¡Viva el Betis!
