Podría decir que el Betis mereció al menos empatar, que mereció algo más en el partido y que por mala fortuna acabó perdiendo el encuentro pero eso sería faltar a la verdad más absoluta.
La primera parte de los pupilos de Manuel Pellegrini fue mala. Quitando las acciones e ímpetu de Diao y alguna buena presión de Guido y Guardado el resto de jugadores estuvieron más bien discretos.
En el minuto 14 tuvo el Betis el primer acercamiento reseñable tras una buena conducción de Diao que acaba cediendo la pelota para un Fekir que tras un regate remataba al palo corto haciendo al portero local hacer una intervención sencilla.
Hasta el minuto 28 no volvió el Betis a asomarse por el área local y ahora si en una ocasión clarísima, tras otra buena jugada de Diao, Borja Iglesias recibió el balón dentro del área en una posición muy ventajosa y de forma inexplicable en vez de disparar a portería (cuando hasta el portero estaba mal colocado en su salida) realizó un recorte sin sentido perdiendo toda la ventaja y facilitando la parada del portero del Sparta.
Tras esta ocasión y hasta casi el minuto 90 en la que un centro de Isco que no toca nadie se envenena y está a punto de acabar dentro de la portería, el Real Betis Balompié no tuvo ni una ocasión para anotar en el encuentro, pero ocasión ni tan si quiera acercamiento al área medio peligroso.
Si la primera parte fue mala la segunda fue dantesca, un auténtico despropósito futbolístico en las que el equipo verdiblanco careció de piernas, futbol, intensidad y de actitud competitiva en un encuentro europeo.
Consciente de ello y viendo la evidente bajada de brazos verdiblanca, el conjunto local le metió una marcha más a su ritmo de partido (acompañado con un arbitraje lamentable por cierto) y eso le bastó para en el minuto 54 adelantarse en el marcador en el que a la postre sería el único gol del encuentro.
Y si los jugadores que partieron de inicio estaban pecando de aburrir a la parroquia verdiblanca, lo cierto y verdad es que los cambios introducidos por Pellegrini no mejoraron lo más mínimo al equipo ni consiguieron cambiar el ritmo de un partido que entró en pérdidas de tiempos constantes, en un arbitraje terrorífico y en un enfriamiento propio de la gélida noche que hacía en la capital checa.
Si la noche estaba siendo negativa en todos los sentidos, peor aún se puso con la absurda tarjeta que Guido Rodríguez recibió tras una infantil pelea con un jugador local que provoca que el medio centro argentino clave en el medio campo verdiblanco (y más aún en Europa donde Roca está ejerciendo de central) se pierda el decisivo partido de la última jornada contra el Rangers en el Benito Villamarin.
Ojo a ese encuentro porque si el Rangers consigue ganar su partido de esta noche contra el Aris, obligaría al Betis a ganar si o si el encuentro para poder clasificarse como primero de grupo para la siguiente ronda porque en caso de perder y el Sparta conseguir una goleada en Chipre podría provocar la eliminación de Europa League del Real Betis Balompié.
Poco más que destacar de lo ocurrido sobre el césped del Epet Arena, eso sí, no quiero despedirme sin antes hacer mención especial a la marea verdiblanca que una vez más volvió a demostrar su apoyo en el equipo con más de 1000 personas en la grada visitante.
Sparta de Praga: Vindahl; Vitik, Panak, Krejci; Preciado, Laçi, Kairinen (Pavelka, minuto 88), Zeleny; Birmancevic (Olatunji, minuto 82), Haraslin (Pesek, minuto 74) y Kuchta (Sadilek, minuto 82).
Real Betis Balompié: Rui Silva; Ruibal, Pezzella, Marc Roca, Abner (Miranda, minuto 83); Guido Rodríguez, Guardado (Willian José, minuto 83), Assane (Luiz Henrique, minuto 76); Abde (Ayoze, minuto 70), Fekir (Isco minuto 46) y Borja Iglesias.
Goles: 1-0, minuto 54: Haraslin.
Árbitro: Nikola Dabanovic, montenegrino. Amonestó a Pezzella, Miranda, Guido Rodríguez, Aitor Ruibal y Birmancevic,
Raúl Armario Perea
