Dice una de las canciones que se entonan desde gol sur que pasan los años, jugadores y también presidentes, pues exactamente eso es lo que piensa cualquier bético sobre la faz de la tierra cada vez que llega un derbi, que pase quién pase y esté quien esté, el Real Betis Balompié no sabe jugar un derbi. Increíble pero cierto.
Evidentemente no es una cuestión futbolística ni de calidad, el asunto es mucho más simple y es un patrón que se repite siempre, al Betis le falta la actitud necesaria para afrontar este tipo de duelos. No hay más.
La primera parte empezó tal y como suele suceder en Nervión con el arreón inicial del equipo local que a pesar de estar muy limitado futbolísticamente metió en el área a los verdiblancos con una técnica milenaria en el mundo del Balompié, simplemente a base de empuje, ganas y ACTITUD. Con c.
Tanto es así que en el minuto 10 Ejuke anotaba desde dentro del área pero el gol fue anulado por un fuera de juego previo.
Durante esos primeros 15 minutos todos pensábamos que era lo normal, que había que aguantar ese empuje inicial y que el Betis una vez calmado el partido se pondría a jugar. Y lo cierto y verdad es que sin la actitud necesaria y sin jugar absolutamente a nada, los pupilos de Manuel Pellegrini debieron irse al descanso venciendo al menos por un gol pero la ya cansina falta de puntería evito una vez más que nos adelantáramos en el marcador en al menos 3 ocasiones.
Tras el descanso empezó el esperpento bético y se consumó una vez más el atraco arbitral.
Quiero dejar constancia que no pongo de excusa al árbitro para la derrota, pero tampoco voy a callarme sobre el tema, el arbitraje del partido fue totalmente sibilino, gota a gota, jugada a jugada, faltita a faltita, invento tras invento, cada decisión caía del lado sevillista, un hecho que saca del partido a cualquiera, hasta a quienes aún no se enteraban que estaban jugando un derbi. Les recuerdo rápidamente 3 decisiones entre muchas otras: la falta que le pita a Abde cuando presiona a Carmona dentro del área y este se tira descaradamente y coge el balón con la mano, la falta clarísima por agarrón de Badé en el córner al propio Abde en la lucha por un balón y la última jugada del partido donde agarran a Lo Celso en su cara descaradamente y pita falta por manos del argentino.
Y por supuesto, el culmen de la maravillosa, pulcra y transparente organización que es el comité técnico de árbitros con la señalización de un penalti que toda España en directo estaba viendo que era un robo absoluto pero que evidentemente teniendo de jefe a quien tiene, ni un segundo dudaron en dar explicaciones mentirosas y falsas a la cara de los futbolistas béticos para mantener la decisión de señalar la pena máxima. Cosa que es normal, no se debe morder la mano que te da de comer.
Lukebakio en el minuto 50 anotó el penalti y el definitivo 1-0.
De aquí al final del partido el Betis estuvo totalmente inoperante en ataque, ni con cambios ni sin ellos tuvo la energía ni las ganas necesarias para si quiera intentar competir en la segunda mitad. Lo cual se demostraba en cada balón dividido y en las segundas jugadas, en todas y cada una de esas acciones caía el balón en un jugador sevillista y eso no es casualidad.
Pudo el Sevilla aumentar la ventaja con una acción a la contra tras un lamentable saque a balón parado del Betis que recogió Ejuke y tras recorrer todo el campo cedió el balón a Lukebakio que tras una buena maniobra, echaba el balón fuera de los 3 palos de forma sorprendente.
No voy a entrar en análisis individuales de los futbolistas del Betis, eso lo dejamos para otro día mejor. Sea como fuere el Betis volvió a perder un derbi en el que futbolisticamente era superior pero que en ningún momento lo demostró, y añadiria, que ni siquiera quiso demostrarlo.
Alineaciones del partido:
Sevilla FC: Nyland; Carmona, Badé, Nianzou, Pedrosa; Agoumé, Gudelj, Peque; Lukebakio, Ejuke e Isaac.
Real Betis Balompié: Rui Silva; Bellerín, Diego Llorente, Natan, Ricardo Rodríguez; Johnny Cardoso, Marc Roca; Fornals, Lo Celso, Abde; y Vitor Roque.
1-0: Lukebakio, minuto 50.
Raúl Armario Perea
