viernes, 16 de septiembre de 2022

SUFRIMIENTO INESPERADO PARA ENCARRILAR EL GRUPO


El Real Betis Balompié disputó ayer la segunda jornada de la UEFA Europa League, primer encuentro continental de la temporada en su feudo, que le mediría al Ludogorest Razgrad. Un enfrentamiento en el que los de Pellegrini tuvieron que pelear más de lo esperado y mantener la concentración hasta el final para así hacerse con una victoria por 3-2 que vale su peso en oro.

Empezaría el partido con un ligero dominio de los verdiblancos, que no lograban crear verdadero peligro, los acercamientos de Luiz Henrique por la banda derecha, daban a entender por dónde iba a sufrir más el equipo búlgaro, y en el minuto 10, en una internada en el área, el brasileño fue derribado por dos defensores visitantes, en una acción que, si bien pudo haber sido señalada como penalti, el colegiado lituano Andris Treimanis, decidió que el contacto no era suficiente para indicar la pena máxima.

Sin embargo los balcánicos, que no aceptaron el rol de equipo menos favorito, se lanzaron al ataque y pasado un cuarto de hora comenzaron a atosigar al Real Betis, generando un par de ocasiones en las que Claudio Bravo tendría que salvar a los de Pellegrini, primero cubriendo perfectamente el mano a mano frente a Thiago y unos minutos más tarde despejando un potente disparo lejano de Tekpetey.

Y cuando peor se encontraba el cuadro andaluz, la electricidad de Luiz Henrique hizo al Betis volver a despertarse, después de un par de buenas manos, llegaría el disparo lejano de canales, cuyo rechace caería a Miranda en la zona izquierda del área para que esté asistiera a Luiz Henrique en su debut goleador con el Real Betis Balompié, recibiendo eso sí, una dura patada en el rostro, que le dejaría aturdido por unos minutos.


El ludogorets seguiría a lo suyo, buscando pacientemente ocasiones para empatar el partido, y cerca estuvieron de ello cuando en el minuto 28, el balón quedó muerto en el área de los locales, momento de desconexión que Cauly aprovechó para conectar un tremendo zapatazo que el arquero chileno del Real Betis Balompié rechazó a bocajarro en primera instancia y atrapó unos instantes después provocando los nervios de los aficionados béticos.

El partido continuaba con un dominio repartido, los locales en algún momento demasiado pasivos, dando vida al conjunto dirigido por Stanislav Genchev. Sin embargo la mordida del conjunto bético se volvería a notar cuando a solo seis minutos del descanso Joaquín sacaba un latigazo desde la frontal del área con la parábola perfecta protagonizando el que posiblemente sea el gol de la jornada a sus 41 años.

Pero los aficionados verdiblancos no podrían irse tan tranquilos al intervalo, y ya en el descuento, en una falta lateral en la que todo el mundo esperaba un centro, Despodov sacó un potente latigazo al primer palo que Claudio Bravo llegó a rechazar, pero la tecnología del ojo de halcón avisó al árbitro de que la atajada se había producido ya pasada la línea de gol, y el conjunto búlgaro consiguió su primer gol para marcharse con vida a la segunda mitad del encuentro.

Tras el parón, la segunda mitad empezó con un mejor juego de los verdiblancos, que mantenían la posesión con mayor tranquilidad y defendían sin sufrir gracias en gran parte a la figura de Luiz Felipe, que hizo de nuevo un encuentro para enmarcar. Los minutos transcurrían y el partido seguía con escasas ocasiones para ambos conjuntos, entre las que se cuentan un chut de Canales  desde lejos que el meta del conjunto de Razgrad mandó por encima del larguero y un contraataque que pillo al Betis con solo tres defensores frente a cuatro atacantes búlgaros que acabaría siendo despejado por Claudio Bravo,  no habría un verdadero peligro hasta que en el minuto 69 Sergio Canales mostró una vez más su calidad con un chut con boye tras una gran arrancada que más superó al meta para poner el 3-1 en el luminoso.


Este golpe parecía haber sido un mazazo definitivo para el ludogorets, que durante 15 minutos no supo reaccionar ya que los andaluces seguían muy bien posicionados en defensa y con largas posesiones que hacían parecer que el partido acabaría así, pero nada más lejos de la realidad. A 15 minutos del final, la defensa verdiblanca sufrió un momento de desconexión que pagaría muy caro, pues Rick se quedó solo en la frontal del área y recibió el rechace de un córner, algo que aprovechó para realizar un tiro raso a la esquina izquierda de la portería que más que un disparo pareció un pase a la red que serviría para recortar distancias y meter el miedo en el cuerpo a todos los béticos viendo el partido.

Pero este Betis ya lejos está de aquel Betis de algunas temporadas atrás, que podría haber dejado escaparse dos puntos, los verdiblancos supieron aguantar a la perfección con colocación y tranquilidad, dos pilares que les llevaron hasta el final del encuentro sin sufrir más que un contraataque en el 92 que acabó con un tiro desviado que apunto estuvo de provocar un infarto a todos los ayer presentes en el Benito Villamarín.

Se hizo así el Betis con tres puntos importantísimos de cara a la clasificación e incluso por qué no la primera plaza del grupo, que muy probablemente se juegue en sus próximos dos encuentros europeos, frente a la Roma de José Mourinho.