El Betis saltó al campo con sensaciones raras. Con parsimonia y como si el partido fuera a resolverse solo. El equipo siguió el buen patrón que viene ejecutando siendo el dueño del balón y marcando las pautas del partido, contra este rival además de costumbre debía ser obligación.
Pensábamos que nuestro portero no tendría que hacer alardes de sus habilidades pero nada más lejos de la realidad. Jordanov, después de que el rival sacara el balón desde atrás, puso a Joel Robles en apuros e hizo que el público mirara a su lado para resoplar después de la ocasión fallida por el Dudelange.
El Real Betis apenas tenía ocasiones claras que abrieran la lata, esa que tanto nos cuesta abrir. Las jugadas de los nuestros no se culminaban y los pases que llegaban desde las bandas, esta vez para Barragán y para un incombustible Tello, no encontraban rematador.
La parsimonia de la que antes hablábamos tenía su mayor representante en William Carvalho, al que se le notaba la falta de ritmo después de la lesión. Además, demasiado fallón. El ritmo se apoderó de todo el equipo y de la grada y la poca tensión de la primera parte se reflejó en el marcador al descanso, cero a cero.
A la vuelta de los vestuarios el Betis añadió la marcha que necesitaba el partido y los nuestros. Los delanteros empezaron a ver que para ganar había que marcar y entre el paraguayo Sanabria y el cordobés Sergio León lo intentaron pero este último no conectó con certeza después de la jugada entre ambos.
Y Robles volvió a aparecer. Una espectacular mano de nuestro portero salvó lo que podía haber acabado en tragedia absoluta.
El Betis le vio las orejas al lobo y se puso las pilas. Una jugada que venía estudiada en la pizarra de la Ciudad Deportiva le llegó a Sidnei que la cabeceo al centro del área pequeña, sacando el balón de la línea de gol un defensa rival pero no con la contundencia necesaria, el balón quedó en el aire para que Sanabria volviera a usar la testa en esta jugada y colocarla dentro. Uno a cero y respiro.
El primer objetivo estaba cumplido ya solo faltaba allanar el camino para tener un placentero final. El Dudelange ya no diría nada más en el partido y menos con el muro que formó Setién en la defensa. Sidnei ya ha salido rentable con lo que lleva de temporada.
La calidad se impuso para allanar ese camino y Lo Celso lo entendió a las mil maravillas. Recogió un balón de la izquierda que le puso Sanabria tras recortar y dejar a un defensa deslizándose hasta la grada norte. El argentino con un movimiento espectacular en el área pequeña se quitó de encima a su rival y la colocó lejos del meta para poner el dos a cero en el marcador. La opción de compra la tiene el Betis más que pensada, no se puede escapar este jugador, ojo, 22 años.
Para rematar la faena y cerrar el bonito marcador apareció nuestro Curro Romero, Joaquín Sánchez, que fuera del campo es un espectáculo porque puede permitírselo por cómo se parte la cara dentro de él. Una contra que el portuense dirigió por el centro, acabó e Tello en el momento justo para que encarara al portero luxemburgués y con un toque sutil alojara el balón en la red y subir el tres a cero al marcador heliopolitano.
El Real Betis consigue así los tres puntos y mira con buenos ojos el futuro de este grupo F. El próximo rival será el A.C. Milan.
Alineaciones
Real Betis: Joel; Javi García, Bartra, Sidnei; Barragán, Tello; Carvalho, Guardado (Lo Celso. m. 59'); Inui (Joaquín, m. 70), Sanabria y Sergio León (Kaptoum, m. 81)
F91 Dudelange: Frising; Jordanov, Schnell, Prempeh, El Hriti; Kruska, Couturier, Mélisse (Stumpf, 64'); Stolz (Kenia, m. 75'), Sinani (Pokar, m. 81) y Turpel.
Goles
1-0, m. 55: Sanabria. 2-0, m. 80: Lo Celso. 3-0, m. 88: Tello.
Tarjetas
Andrew Dallas (Escocés). Amarillas a Sanabria (17'), Kruska (37'), Jordanov (52'), El Hriti (58').
